SECTION FIVE
sm
COLUMN
FIFTY-SEVEN, MARCH 1, 2001
(Copyright © 2001 Al Aronowitz)
[Argentinian poet Esteban Moore is Allen Ginsberg's Spanish language translator.]
Fue el
autor de una serie de novelas de las que En
el camino (1957), su obra más conocida, lo expuso ante una generación de
jóvenes que lo transformaron en su modelo arquetípico, exigiéndole que
representara en la vida real el rol de sus personajes en la ficción. A partir
de esta situación ya no hubo punto de retorno a los días en que él, aún un
desconocido, podía decidir qué hacer con su vida; el whisky se convirtió
entonces en su válvula de escape,
en su modo personal de evadir los
días tumultuosos de su fama. En su velatorio John Clellon Holmes dijo que
parecía un anciano; sólo tenía 47 años de edad.
Kerouac
junto a Allen Ginsberg, William Burroughs, Gregory Corso, Gary Snyder y
Lawrence Ferlinghetti entre otros, conformaron
un grupo
que en la actualidad, y a pesar de sus marcadas diferencias estéticas y
políticas, reconocemos como los ‘Beats’
o los integrantes de la ‘Generación
Beat’. Acertadamente bautizados
por un entonces joven periodista
del Washington Post, Al Aronowitz, como una “comunidad de mentes
lúcidas”, cuya intención era la de interpretar la nueva sensibilidad que se
estaba gestando en la época.
En 1944
Lucien Carr, Jack Kerouac y Allen Ginsberg pasaban largas horas en los cafés y
en las cervecerías de la ciudad de Nueva York teorizando acerca de la ‘Nueva
Visión’ (New Vision), cuyos tres conceptos fundamentales eran para ellos los
siguientes: la desnudez de la autoexpresión es la semilla de la creatividad; la
conciencia del artista se expande
en el desorden de los sentidos; el
arte elude la moralidad convencional. En ese momento estaban persiguiendo
fantasmas, no lograban recrear sus ideas en la página en blanco. Recordemos que
para la aparición de dos textos fundamentales de la literatura norteamericana
contemporánea como Aullido de
Ginsberg y En el camino de Kerouac,
aún habría de de
transcurrir más de una década. Pero estaban sucediendo muchas cosas que el
mundo académico no deseaba percibir. En la década de los cincuenta comienza a
producirse el endiosamiento de los procesos creativos espontáneos: las pinturas
chorreadas de Jackson Pollock, el surgimiento del método de actuación del
Actor’s Studio, el verso projectivo de Charles Olson, las cuadros en los que
Helen Frankenthaler derramaba
la pintura; el primer ‘happening’
en la universidad de Black Mountain
y el Cinéma vérité.
En 1950
Kerouac recibe una larga carta (23.000 palabras) de tono confesional escrita por
Neal Cassady, otro de los integrantes centrales del grupo a quien
inmortalizó en sus textos como Dean Moriarty y Cody Pomeray.
“La carta de Joan”, como es ahora conocida,
fue considerada por Kerouac como una pieza maestra de la prosa moderna y
lo inspira para escribir textos en los que las inhibiciones literarias,
gramaticales y sintácticas no estuvieran presentes. Éstos son los años en los
que descubre la ‘prosa espontánea’, también reconocida como la
‘prosodia del bop’ y comienza a
imaginar una poética personal . En el proceso creativo
el tiempo es la esencia de la pureza del discurso, el lenguaje que
realiza bosquejos de las formas es flujo
ininterrumpido de personales y secretas palabras idea,
como la zapada que realizan los músicos de jazz. El objeto está situado
frente a la mente, como cuando bosquejamos un paisaje o una taza de té, quizás
éste se halle en la mente, por lo tanto realizaremos un bosquejo desde la
memoria de una imagen objeto. La
estructura de la oración no debe ser separada arbitrariamente por los signos de
puntuación. Sólo deben aceptarse las
pausas de la respiración que son
esenciales al ritmo del habla.
Durante
su breve vida publicó una serie de novelas, once de ellas escritas en
el período 1951-1956, que integran una extensa saga autobiográfica
denominada la leyenda de Duluoz, en la que él personifica al héroe de sus
propias aventuras, muchas de ellas imaginarias, y en la que prevalece una mirada
poética de las cosas y el mundo. Cuando le preguntaban acerca de sus opiniones
respecto de la escritura, no se esforzaba en hacer diferencias entre la prosa y
la poesía. Sostenía que sus ideas se aplicaban tanto a uno como otro
género, la espontaneidad como método traspasaba los límites de las formas de
la escritura. Le gustaba decir que cuando estaba trabajando en una novela cada
párrafo era un poema dentro de un extendido texto que flotaba en el mar de la
lengua inglesa.
En 1959
se publicó Mexico
City Blues y en 1960 La escritura de
la dorada eternidad, los únicos libros de poesía que dio a conocer en vida.
El primero de ellos incluye un conjunto de textos
que escribió en agosto de1955 en
la ciudad de México. En él intentó continuar con las
meditaciones sensoriales que había iniciado el año anterior en
un libro de poemas titulado San
Francisco Blues. Los textos incluidos allí no son
el producto de meras
transcripciones literales de la conversación de su amigo Bill Garver, más bien
tienden a reflejar la relación que se produce entre las palabras que
verdaderamente oye y las
asociaciones que éstas producen
en su propia memoria. A través de este procedimiento que él asociaba a
la música de jazz, logra una plena
identificación con
músicos como Bud Powell, Charlie Parker, Lester Young, Gerry Mulligan y
Thelonius Monk, que rindieron culto a la espontaneidad compositiva.
La escritura de la dorada eternidad, está compuesto por sesenta y seis poemas breves en prosa cuyo hilo conductor es el deseo del autor de expresar beatíficamente su búsqueda de
'Kerouac lo hizo rápidamente y luego corrigió cada uno de los poemas expresando que en este caso, al tratarse de una ‘escritura religiosa,’ él no tenía derecho de ser espontáneo'
la paz y la felicidad en armonía con el
universo. Una larga meditación que incluye a la manera del koan japonés una
serie de acertijos con el fin de generar la iluminación.
Fue escrito a instancias de Gary Snyder quien en 1956 le sugirió que ya
era tiempo de que escribiera un
Sutra a la manera de
los sermones del Buda Gotama . Kerouac lo hizo rápidamente y luego
corrigió cada uno de los poemas expresando que en este caso, al tratarse de una ‘escritura religiosa,’ él no tenía derecho de ser espontáneo.
En 1971 City
Lights, la editorial dirigida por su amigo Lawrence Ferlinghetti,
publica Scattered Poems (Poemas
dispersos); y recién en 1992 aparecerán con el mismo sello
Pomes All Sizes (Poemas de todo
tamaño), prologados por Allen Ginsberg; y no será hasta 1993 que se reedite Old
Angel Midnight (Anciano Ángel Medianoche), un ejercicio de prosa
espontánea que al igual que Octubre en la
tierra del ferrocarril, justifica la opinión de aquellos que sostienen que
Kerouac es ante todo un poeta y que clasificarlo de acuerdo a los géneros es
una distinción artificial. A mediados de la década de los cincuenta envía
desde México una carta en la que expresa que él se considera un poeta
y que, a diferencia “de otros
poetas que escriben pequeñas líneas cortas”, él escribe “líneas párrafos de muchas y muchas más páginas”.
La
influencia de Jack Kerouac, dirá Allen Ginsberg,
“...es mundial, y no solamente
espiritual, a través de la cultura
planetaria de los ‘ beats’, sino a nivel poético...”
Es paradójico que un escritor considerado fundamentalmente un narrador
por la mayoría de los críticos académicos (durante años no han incluido sus
poemas en las antologías) se destaque por ejercer
sus influencias más importantes a nivel poético. Muchos y destacados
poetas contemporáneos así lo reconocen.
Gary
Snyder dijo: “Cuando leí por primera
vez Mexico City Blues fui sorprendido inmediatamente por su serenidad, el modo
en que el texto se traslada sin esfuerzo –aparentemente sin esfuerzo- al mismo
tiempo la constante sorpresa elevándose desde las palabras,
algo estaba sucediendo siempre con las palabras.” Michael McClure expresa: “Me
inspiré en su musicalidad, en la belleza simple de cómo él entiende lo divino
en el mundo cotidiano...la voz más ínfima equivale al más heroico pedazo de
materia.... Existía en su poesía el movimiento
a través del espacio de una energía, un sistema que actúa para
organizar ese sistema. Sus poemas son como un ser viviente.” Robert Duncan
nunca ocultó su admiración por él. Robert Creeley, cuando recuerda esa época
enfatiza: “Jack poseía un extraordinario oído, ese impecable oído que podía
escuchar formas en los sonidos y los ritmos del lenguaje hablado. Extraordinario
oído en el sentido que podía controlar una estructura plena de vida e
insistentemente natural.”
Los
músicos no han escapado a su influencia.
Bob Dylan relató en 1975 que fue la poesía de Kerouac la que lo impulsó a
dedicarse al mundo de la trova. En esta lista
se incluyen también Mark Sandman y
los músicos integrantes del conjunto Morphine,
Michael Stipe, Steven
Tyler, Magie Estep, los
integrantes de Helium, John
Cale, Lee Ranaldo, Patti Smith y
Jim Carroll. Los actores Matt Dillon y Johnny Depp, quienes leyeron sus
poemas en el homenaje que le tributó la Universidad de Nueva York en junio de
1995, dijeron que su poesía había cambiado la imagen que ellos tenían del
mundo. La lista de los que han sido tocados por la voz de Kerouac podría
extenderse durante páginas, sólo diremos que las generaciones posteriores han
sabido capitalizar la brisa renovadora que comenzó a finales de la década de
los 50, cuando muchos escritores norteamericanos comprendieron que para expandir
su modelo, o mejor dicho su visión, era necesario trabajar a partir de la
oralidad cotidiana de esa institución que Ginsberg llama ‘nuestra lengua
vernácula’. En este aspecto la poesía de Kerouac ha sido fundamental en la
creación dentro del universo de la lengua inglesa de un tono y una prosodia
distintivos.
Este
hombre agobiado, de gustos simples, que reía francamente cuando recordaba los
gags que protagonizaban Curly, Moe y Larry en el show televisivo Los tres
chiflados, a quien sus admiradores
continuaban confundiendo con Sal Paradise,
Jack Duluoz o Ray Smith, decidió hacer un balance de
su vida. Pocos días antes
de su muerte escribió un artículo que tituló “Después de mí, el diluvio”.
Éste fue publicado el 12 de octubre en un periódico
de Miami, y reimpreso póstumamente por
grandes diarios como el Los Angeles Times o el Washington Post
retitulado en sendos casos: “Hombre, soy el abuelito de los hippies” y
“Las últimas palabras del padre de los beats”. En él Kerouac se pregunta
acerca de qué es lo que piensa en ese momento.
Se pregunta cúal es su sitio en la sociedad, quiere saber si su lugar
está entre políticos o
revolucionarios, entre policías
o ladrones, entre
agentes de impuestos o vándalos. Dice:
no estoy exento de impuestos, no soy un hippie-yippie. Concluye: debo ser un
bippie en el medio. Decide que debería salir de su encierro y contarles a todos,
o dejar que lo convenzan de
que él es en realidad el gran padre blanco
y progenitor intelectual de revolucionarios alienados, fracasados, de una
generación antibelicista, e inclusode los
‘beats’. Desea que Dios
lo libre de las responsabilidades de ser considerado
el padre de la prosa espontánea moderna. Pero en realidad ésa no es la
cuestión, el quiere saber cómo
puede ser el padre de Jerry Rubin, Mitchell Goodman, Abbie Hoffman, Allen
Ginsberg y de tantos otros seres humanos afectuosos y queribles de los ghettos
de América que dicen haber sufrido más que los portorriqueños y los negros en
sus propios barrios. Piensa que toda la confusión se debe a que no entendieron
que él simplemente quería escribir una
crónica fáctica de una aventura real en el camino utilizando una lengua
verdadera, y fue mal interpretado. Dice que
en ese momento realmente necesita que aquellos que creen saber lo que él
necesita se callen. Moriría sin saber lo que había logrado. La escritura de
los últimos días exhalaba el
pausado ritmo y la música profunda y arrastrada
de los blues. ##
CLICK HERE TO GET TO INDEX OF COLUMN FIFTY-SEVEN
CLICK HERE TO GET TO INDEX
OF COLUMNS
The
Blacklisted Journalist can be contacted at P.O.Box 964, Elizabeth, NJ 07208-0964
The Blacklisted Journalist's E-Mail Address:
info@blacklistedjournalist.com
THE BLACKLISTED JOURNALIST IS A SERVICE MARK OF AL ARONOWITZ